Un potente ransomware llamado WannaCrypt ha infectado a miles de empresas en todo el mundo. Este, como todo rasomware, infecta y “secuestra” los archivos, ya que su fin primordial es el de pedir un “rescate” económico para liberar los datos “secuestrados” mediante su encriptación.
Aunque a diario se producen ataques del tipo ransomware en todo tipo de dispositivos normalmente estos virus se extienden mediante el correo electrónico y necesita la intervención del usuario para instalarse, pero según parece este en particular, de una especial virulencia, tiene cierta capacidad de extenderse e infectar sistemas sin la intervención del usuario, al parecer aprovechando una vulnerabilidad detectada en Windows, lo que lo hace especialmente peligroso.
Los ataque informáticos a grandes empresas son hasta cierto punto habituales, pero lo “especial” de este caso ha sido su extraordinaria virulencia, extensión (ha sido un ataque indiscriminado) y facilidad de propagación una vez infectado un ordenador dentro de una red.
Dado que la mayor fuente de distribución de este tipo de virus es el correo electrónico, normalmente en mensajes de origen desconocido, recalcamos la conveniencia de eliminar sin siquiera abrir cualquier mensaje que nos parezca mínimamente sospechoso (origen desconocido, no estar claramente dirigido a nosotros, y no solo a nuestro correo, emails procedente de empresas o entidades con las que no tenemos ninguna relación, correos que nos prometen ingresos “extra” o nos indican que nos ha tocado algún premio en concursos donde ni siquiera hemos participado y temas similares). Recuerden que por muy bueno que sea un antivirus o seguro que sea un sistema operativo absolutamente nadie está totalmente a salvo de un ciberataque y que la primera (y en realidad principal) línea de defensa somos nosotros mismos.
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