Chris Jackson, Jefe de seguridad de Microsoft, publicó hace unos días una entrada en el blog de la compañía un artículo advirtiendo de los peligros de utilizar Internet Explorer como navegador predeterminado, ya que ha quedado obsoleto en cuanto a seguridad. Afirma igualmente que hace ya tiempo que no incluye los nuevos protocolos de seguridad, presentes en otros navegadores como Microsoft Edge, Chrome, Firefox y otros. Hay que recordar que, si bien es cierto que periódicamente Microsoft envía actualizaciones de seguridad para Internet Explorer, la última versión (la 11) tiene ya bastantes años, y desde su salida no ha recibido modificaciones importantes en cuanto a protocolos.
El problema (y a la vez el motivo por el que Internet Explorer sigue estando presente en Windows 10) es que hay muchas webs que para su funcionamiento necesitan los protocolos HTML antiguos (sobre todo webs de agencias gubernamentales, no solo de los EEUU, sino de muchos otros países, entre ellos España), por lo que no funcionan correctamente en navegadores actuales (incluido Microsoft Edge). Esto hace que se sugiera que Internet Explorer deje de considerarse como un “navegador” y sea considerado como una “solución de compatibilidad”, y solo se utilice para aquellas webs que así lo indiquen.
La recomendación de no utilizar Internet Explorer, sobre todo en entornos empresariales, se extiende al desarrollo de aplicaciones web (y sí, aun se desarrollan aplicaciones web no compatibles con los nuevos estándares, que necesitan los antiguos de HTML para funcionar correctamente).
A tenor de esto surge una pregunta, vale que deje de usarse en Windows 10, pero ¿Qué pasa con Windows 7?, porque hay que recordar que los usuarios de Windows 10, a pesar de todos los esfuerzos hechos por Microsoft, solo han superado a los de Windows 7 en diciembre del pasado año, y que según los datos de enero Windows 7 aun tiene una cuota de mercado del 37.19%, lo que son muchos millones de usuarios. Microsoft está actualizando Microsoft Edge a Chromium (código abierto utilizado entre otros por Chrome), con lo que además sería compatible con Windows 7 y 8.1, pero hasta que salga pocas opciones le quedan al usuario de Windows 7, salvo instalar navegadores de terceros (y ojo, que no a todo el mundo le gusta Chrome, como muchos parecen empeñados en hacer creer).
Tampoco tiene muchas opciones el usuario que necesite acceder a este tipo de páginas, ya que no es Microsoft Edge el único navegador que no soporta las extensiones HTML antiguas, tampoco las soporta las versiones más actuales de otros muchos navegadores. Pero en este caso la solución ya no está tanto en manos de Microsoft (o de otros desarrolladores de navegadores, si a eso vamos), sino de esas agencias (sobre todo gubernamentales, repetimos, incluidas españolas) que aun siguen desarrollando webs basadas en los antiguos estándares de HTML, no compatibles con los nuevos (como HTML5 y otros).
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