Las cosas no hacen más que empeorar para Huawei. Hace unos días, Google anunció por primera vez que dejará de suministrar Android y tecnologías relacionadas a Huawei debido a la prohibición impuesta por el gobierno de Estados Unidos. Más tarde, Intel, Qualcomm y Broadcom anunciaron que están cortando sus lazos con Huawei. Incluso Microsoft dejó de vender dispositivos Huawei en Microsoft Store.
Hoy, la BBC ha informado que ARM dejará de trabajar con Huawei. ARM detendrá todos los contratos activos, los derechos de soporte y cualquier compromiso pendiente con Huawei y sus subsidiarias. A pesar de que ARM es una empresa con sede en el Reino Unido, sus diseños incluyen tecnología clave de los Estados Unidos y , por lo tanto, tiene que cumplir con la prohibición de los Estados Unidos.
Este es un gran golpe para Huawei, ya que no hay una alternativa real para ARM. Huawei puede gestionar sin Google y Microsoft mediante el desarrollo de su propio sistema operativo o utilizar uno de libre distribución libre de las imposiciones del gobierno de los EEUU, pero sin ARM perderá el acceso al diseño de chips clave que es la base para sus procesadores Kirin, lo que de paso incluye las gráficas MALI.
Ante esta circunstancia pocas son las opciones que le restan a Huawei para poder seguir ofreciendo sus Smartphones, o al menos los de gama alta y premium, ya que tanto los procesadores como las gráficas que le quedarían disponibles se encuadran todos ellos en categorías (y prestaciones) inferiores. Hay que recordar que ya tiene vedado el acceso a otros procesadores de primera línea, como los Qualcomm o Broadcom, e incluso entre las opciones que le restan, todas ellas dependen de patentes de ARM (y por lo tanto, sujetas a las prohibiciones de los EEUU), y es dudoso que otros fabricantes de procesadores, por mucho que estén ubicados en China, estén dispuestos a perder su negocio, ya que todos ellos dependen de patentes de ARM.
Visto el panorama, las cosas están cada vez más feas para Huawei, ya que una cosa es tener que prescindir de un sistema operativo o, llegado el caso, de una serie de aplicaciones, y otra muy distinta el perder el acceso a componentes esenciales para la fabricación de dispositivos, y de entrada ya tiene cerrada la puerta a todo procesador con patentes estadounidenses, y no solo para telefonía móvil, sino para cualquier tipo de ordenador.
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