Puede haber quien piense que la única perjudicada ante el problema que se ha suscitado tras la reciente prohibición de traspaso de tecnología susceptible de ser declarada sensible para la seguridad nacional de los EEUU a Huawei es esta empresa. Incluso algunos puede que sumen a esta los millones de usuarios que muy probablemente se queden sin actualizaciones en sus terminales, pero el impacto económico y probablemente de otro tipo afecta a muchas más empresas, muchas de las cuales son, precisamente, estadounidenses, y aunque en términos de empleo puede que los efectos no sean muchos fuera de China, sí que lo van a ser en términos económicos.
Y no solo se trata del efecto en la venta de procesadores, que como decimos va a afectar solo a unos cuantas empresas, en las que además Huawei no es precisamente un referente ya que su mercado se centra sobre todo en la telefonía móvil, y en este campo diseña y fabrica sus propios procesadores, pero no solo de procesador está compuesto un Smartphone, y son millones las unidades de piezas que otras empresas van a dejar de verder, piezas que van desde pantallas a memorias, baterías y demás componentes.
Pero probablemente tampoco sea este el ramo en el que va a haber más perjudicados, sobre todo en los EEUU, es que además hay que pensar en la ingente cantidad de millones de dólares que se van a dejar de ingresar en concepto de patentes, y es en ese campo precisamente en el que más van a salir perjudicadas empresas de muchos países, y sobre todo norteamericanas, ya que aunque Huawei tenga la capacidad de fabricar y ensamblar casi todos los componentes que forman sus propios terminales, prácticamente todos ellos (incluidos los sistemas operativos) tienen que pagar una serie de cánones y uso de patentes. No se puede olvidar que se está hablando de Huawei, actualmente el segundo fabricante mundial de Smartphones, solo por detrás (y a muy corta distancia) de Samsung, no de una “empresita” pequeña que como mucho fabrica unos cuantos cientos de miles de terminales al año (el número de unidades puestas en el mercado por Huawei el año pasado superó los 202 millones).
Pero es que además, y contrariamente a lo que ocurre con el tema de los sistemas operativos y aplicaciones, este punto sí que afecta muy estrechamente al mercado interno (el de China), ya que si no puedes acceder a un gran número de patentes y de componentes sujetos a estas, simplemente no puedes fabricar.
Habrá que esperar a ver en qué queda finalmente todo este asunto (de momento el departamento de comercio de los EEUU ha concedido a Huawei un plazo de tres meses, que finaliza el próximo 19 de agosto, para poner en orden sus asuntos), pero lo que está claro es que son muchos los miles de millones en juego, de los que buena parte van a parar a las arcas de empresas estadounidenses, y que sin lugar a dudas el gobierno de los EEUU va a recibir grandes presiones (aunque estas no salgan a la luz) para encontrar una solución que pueda satisfacer a todos.
Y si al principio hablábamos de los usuarios, hay que tener en cuenta la gran fuerza que ejercen las organizaciones de consumidores de los EEUU, y son muchos los millones que se van a ver perjudicados por esta prohibición en un sentido u otro.
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