Varias veces nos hemos preguntado que ocurre con Windows 10 versión 19H2, que supuestamente debería llegar al público sobre el mes de octubre con el número y nombre de versión 1909 (October 2019 Update), y a lo más que hemos llegado es a tener indicios de que “está ahí”, pero no se sabe absolutamente nada de su contenido ni de cuando va a ver la luz finalmente.
Microsoft informó en su momento, al empezar a enviar al programa Insider las compilaciones de Windows 10 20H1, que las de Windows 10 19H2 llegarían en primavera, pero ya estamos en verano (supuestamente a 4 - 5 meses para su publicación) y sigue sin haber rastro de dichas compilaciones.
A lo más que se ha llegado es a saber que dicha actualización, la 19H2, no va a ser una actualización de características al uso, quedando más cerca de lo que en versiones anteriores de Windows se conocía como Service Pack, una actualización a medio camino entre las acumulativas mensuales y las de características, ya que tan solo se esperan ligeros cambios, sobre todo estéticos, y como mucho alguna novedad menor sobre elementos ya existentes y algunas mejoras en el rendimiento y estabilidad, pero nada que pueda afectar a su funcionamiento, quedando relegada cualquier otra novedad importante a la actualización de primavera de 2020, la conocida como 20H1, que sí que lleva ya bastante tiempo en desarrollo y prueba dentro del programa Insider.
Por otra parte, Microsoft tampoco es que esté ayudando mucho a despejar dudas, o si no vean la respuesta por Twitter a una pregunta sobre este tema que Brandon Leblanc, Senior Program Manager del Windows Insider Program, da a @DeveloperGR1702 y a @zacbowden:
Nuestra definición de “primavera” no necesariamente coincide exactamente cuando termina la primavera y comienza el verano. Sucederá cuando estemos listos. No estamos operando contra una fecha límite. Llámalo un “retardo” si quieres.
Bonito ¿verdad? Vamos, que eso y nada es más o menos lo mismo. Es cierto que no están operando contra una fecha, pero si se anuncia esta (tal y como Microsoft ha hecho) es cuando menos poco serio retrasarla sin dar ninguna explicación plausible (y desde luego esta que ha dado Brandon está lejos de serlo).
Tampoco queda claro si lo que está ocurriendo con Windows 10 19H2 se va a extender a otras versiones H2 o va a ser tan solo algo puntual de este año, manteniendo los planes de dos grandes actualizaciones de características anuales, y es que a muchos les gusta eso de dos versiones nuevas al año, pero no a todo el mundo, y mucho menos a las empresas y usuarios profesionales (y por profesionales se entiende usuarios que usan el ordenador para temas laborales), ya que les obliga a afrontar cambios con una frecuencia demasiado alta en un entorno en el que el usuario normalmente tiene una alta especialización en el uso de determinados programas, pero no necesariamente en el del sistema operativo.
Este afán por ofrecer dos importantes actualizaciones al año, con un plazo de 6 meses entre ellas, ya ha tenido sus consecuencias (basta con recordar lo ocurrido con la 1809 (October 2018 Update), de muy mal recuerdo para muchos y que aun arrastra alguna que otra “sorpresa” nada agradable, que además ha heredado la más reciente 1903 May 2019 Update.
Lo que sí que está claro es que, salvo que la actualización 19H2 vaya a sufrir un considerable retraso en su lanzamiento (es bastante improbable que finalmente se suspenda), pronto debería dar señales de vida, ya que una cosa es que, por el escaso número de novedades y su calado, no necesite un largo periodo de prueba y otra muy distinta que se lance sin que lo haya o que este sea sumamente corto, algo a lo que, sobre todo después de la experiencia de la actualización de otoño de 2018 (October 2018 Update), dudamos que Microsoft esté dispuesta a arriesgarse (y si lo hace sería cuando menos una enorme temeridad). Es cierto (y lo hemos dicho bastantes veces) que en un ciclo de pruebas interno se deben detectar cuando menos los posibles problemas más serios (aunque con la 1809 no se hizo), pero en un SO con la difusión de Windows y la enorme variedad de entornos posibles ni Microsoft ni ninguna empresa puede hacer un control interno que cubra todas las posibilidades (ni siquiera las más habituales), sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría de los fallos que se dan afectan a un número más o menos limitado de usuarios, y casi siempre bajo determinadas circunstancias y configuraciones.
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