La pandemia de COVID-19 no solo está planteando enormes retos en la salud y la economía, llenos además de un futuro bastante incierto, sino también en Internet, su uso y si está preparado o no para los retos que se avecinan, encabezados para empezar por un más que previsible aumento de la demanda.
Hasta ahora se “han vendido” enormes avances en velocidad, distribución y calidad, pero nos hemos encontrado con que estos avances estaba muy bien bajo el supuesto del tráfico que había, y al final nos hemos topado con la realidad, y no es otra que, si bien la red de conexión es muy extensa en la mayoría de países y zonas, los grandes proveedores de servicios, sobre todo en streaming, como Netflix, cadenas de contenido o incluso el mismo Youtube, se han visto obligados a bajar la calidad del contenido que sirven, es decir, han tenido que dejar de lado, al menos de momento, la emisión en 4K, 2K e incluso en algunos casos HD, simplemente porque la capacidad de la red no puede aguantar la fuerte demanda de tráfico de datos que esto supone, al aumentar en gran medida este para otros usos en los que hasta ahora, si bien existían, como es el caso del teletrabajo o servicios telemáticos de las administraciones, no suponían en la mayoría de países un gran volumen, algo que ahora sí está ocurriendo, y que según todos los datos no solo se va a mantener, sino que posiblemente se incremente. A todo esto hay que añadir que la tendencia a compras por Internet también va a aumentar en gran medida, con lo que esto va a suponer también de incremento en el tráfico de datos.
Internet se tiene obligatoriamente que reforzar, aumentando en gran medida la capacidad, pero también otros factores como la velocidad y la calidad. Las conexiones 5G pueden ayudar, pero no es el único reto, la fibra también tiene que adecuar su cobertura y llegar a todos los puntos donde llegan las líneas conmutadas (RTC), o, para entendernos, las líneas tradicionales, y no hay que olvidar que, incluso en los llamadas “países del 1er mundo”, aun hay zonas sin acceso telefónico para todo el mundo. Baste como ejemplo que en España, uno de los países con mejor red telefónica en el mundo, aun hay núcleos rurales que disponen de una sola línea para todos sus habitantes.
Y hay otro muy importante reto, que no es otro que el del precio. Acabamos de decir que España cuenta con una de las mejores redes de conexión, tanto RTC como de fibra y conexión móvil 4G y 5G, pero el acceso es caro, uno de los más caros, y esto es algo que, de una forma u otra, y dado el cambio que el uso de Internet va a suponer en los próximos tiempos, donde accesos que ahora son prácticamente minoritarios se van a convertir en esenciales, se tiene que solucionar. El precio en un servicio básico como es el acceso a Internet no puede ser en ningún caso un impedimento para el acceso de la población (de toda la población) a servicios esenciales (y no hablamos de acceder a ver series, películas o a jugar, hablamos de acceder a la administración, a compras, a bancos, a la sanidad...), porque simplemente estaríamos hablando de negar a una parte de la población el fácil acceso a unos derechos básicos.
|