Mucho se ha hablado de Windows 10X, el proyecto de Microsoft para llevar Windows 10 a los procesadores ARM. De hecho, su posible presentación ha sido una de las razones de que Windows 10 21H1 se quede en un simple Service Pack, pero finalmente Microsoft ha decidido cancelar el proyecto (aunque se anuncia como un simple “stand by” o pausa indefinida).
En el fondo de esta decisión se encuentran varios motivos. El primero es la incompatibilidad con aplicaciones Win32, el segundo el que solo se fuera a distribuir en equipos ya montados, ya que la idea de un Windows rápido, sencillo y ligero, pero al que solo se pueda acceder si el fabricante ha decidido implementarlo en sus modelos es algo que a los posibles usuarios no les ha entusiasmado, y el tercero (y desde luego no menos importante) es el muy escaso interés que ha despertado.
Los ordenadores equipados con procesadores ARM presentan una serie de ventajas (son más baratos, permiten menores tamaños, en ciertos entornos son más rápidos), pero la opción de un Windows exclusivo para este tipo de ordenadores quizás no sea la mejor opción. ¿Puede ser la solución un SO mixto, como ha hecho Apple con macOS Big Sur? Solo el tiempo lo dirá, pero presentar Windows 10X como un “modo”, algo similar al “modo S”, parece ser una opción más acertada.
Por otra parte, Microsoft ha diseñado algunas características para Windows 10X bastante interesantes, que finalmente se van a ir implementando en Windows 10
|