Windows Server es una versión para servidores de Windows, destinada a uso empresarial exclusivamente, por lo que es muy sensible a actualizaciones, pero que hasta ahora estaba también envuelta en un pequeño embrollo en cuanto a estas.
Desde la llegada de Windows 10, Microsoft ha lanzado versiones de Windows Server en 2015, 2016 y 2019 (lanzada a finales de 2019), todas ellas con soporte extendido LTSC (Long Term Servicing Channel o canal de mantenimiento a largo plazo), lo que les confiere una gran estabilidad, pero también hay versiones 1909, 2004 y 20H2, en estos casos sujetas a los ciclos normales de soporte y actualizaciones de Windows. Todo esto ha resultado ser un poco lioso para los usuarios de esta versión de Windows, que ante todo necesitan estabilidad, y no estar recibiendo “novedades”, muchas veces irrelevantes para un SO para servidores, que primero tienen que probar exhaustivamente.
Pues bien, Microsoft ha anunciado que va a terminar con todo esto, y a partir de la próxima versión de Windows Server, la 2022, todas serán LTSC, con mantenimiento completo durante 10 años, incluidas actualizaciones de seguridad y soluciones a errores. Tan solo habrán actualizaciones de características cada 2 años, pero su instalación será totalmente voluntaria, es decir, que un usuario de Windows Server 2022 podrá actualizar a la próxima versión (presumiblemente la 2024) o continuar con la 2022 durante todo el periodo de mantenimiento (los 10 años).
No obstante, Microsoft seguirá ofreciendo una modalidad de actualizaciones semi-anual (es decir, nuevas versiones cada 6 meses) enfocada principalmente a los servidores dedicados a la virtualización por contenedores y a los microservicios. Esta estará disponible a través de Azure Stack HCI exclusivamente.
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