El gigante Microsoft ha llegado a un acuerdo para hacerse con Activision Blizzard, compañía editora y desarrolladora de videojuegos tan populares como Call of Duty y Candy Crush, por 68.700 millones de dólares (60.320 millones de euros), según ha informado este martes la tecnológica en un comunicado. Se trata de la mayor operación en los 46 años de historia del fabricante de software.
Microsoft ha presentado la operación como una “gran apuesta por el metaverso”, que abre una nueva ventana que busca fusionar el mundo online tradicional con la realidad virtual y aumentada, pasando hacia una nueva generación en internet. La operación también supone un desafío a los intentos reguladores de las autoridades para limitar el poder omnímodo de las grandes tecnológicas, en los que demócratas y republicanos van a la par. “Los juegos son hoy la categoría más dinámica y apasionante del entretenimiento en todas las plataformas y desempeñarán un papel clave en el desarrollo de plataformas de metaverso”, ha afirmado Satya Nadella, consejero delegado de Microsoft.
La que es una de las tres empresas más valiosas del mundo pagará 95 dólares por cada una de las acciones de Activision Blizzard, lo que supone una prima del 46% con respecto al precio al que cerraron este lunes. Las acciones de Microsoft cayeron un 1% tras el anuncio de adquisición, mientras las de Activision llegaron a revalorizarse en torno al 40% en las operaciones previas a la apertura de Wall Street. A media sesión, la firma de videojuegos subía un 27% y el gigante tecnológico caía un 2%. Microsoft, empresa dirigida por Satya Nadella, ha subrayado que tras cerrarse el acuerdo se convertirá en la tercera mayor empresa de videojuegos del mundo por nivel de ingresos, solo por detrás de Tencent y Sony, informa Reuters.
Este acuerdo supera de largo la compra de Zynga por Take-Two, anunciada la semana pasada. Esa operación, de 12.700 millones de dólares (11.150 millones de euros) era la mayor adquisición en la industria de los videojuegos. En cuestión de días, ese récord ha quedado superado. No es la primera incursión corporativa de Microsoft en el sector: en 2020 ya se hizo con ZeniMax Media, la empresa matriz de Bethesda Softworks, una de las desarrolladoras y editoras de videojuegos privadas más grandes del mundo, por 7.500 millones de dólares (6.585 millones de euros).
Además de sus principales productos emblemáticos, Call of Duty y Candy Crush, Activision Blizzard ha lanzado las populares sagas de videojuegos Warcraft, Diablo y Overwatch. La empresa tiene una plantilla de unos 10.000 empleados y en 2020 facturó 8.086 millones de dólares (7.100 millones de euros) y logró unos beneficios de 2.197 millones de dólares (1.929 millones de euros).
Microsoft espera incorporar el catálogo de Activision a su suscripción Game Pass, que recientemente alcanzó la cifra de 25 millones de suscriptores. Activision aportará sus casi 400 millones de usuarios mensuales. Agregar la cartera de populares títulos de Activision permitirá a Microsoft ampliar su propia oferta para la consola Xbox y competir mejor con su rival PlayStation, de Sony. La mayoría de los juegos de Activision se publicaban ya en consolas Xbox. Tras completarse la operación -el cierre está previsto este año, después de recibir la aprobación de los reguladores-, la compañía dueña de Xbox tendrá 30 estudios internos de desarrollo de videojuegos.
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